miércoles, 14 de julio de 2010

2h

Y era tan fácil regarlo cada día con un tierno te quiero, con una dulce mirada, con un ardiente abrazo, o con un apasionado beso, despues de cada muestra de amor, en nuestra magnifica habitación, donde tantas mañanas, tarde y noches, disfrutábamos de un apetecible aperitivo, en el cual tu piel, se quedaba cada vez más, pegada a la mía, de una forma tan sencilla y sensual, que se nos enrizaban los pelos de los brazos. El olor de tu perfume quedaba en aquellas preciosas sábanas de seda, de color azul, y cada vez que abriamos los ojos y nos mirabamos, la luz del sol entraba por la pequeña ventana que alumbraba aquel amor tan intenso. Era tan fácil que al final resultó ser la prueba más difícil de nuestras vidas, pero siempre quedará aquella habitación y tu permufe en su interior. Y cada vez que volvamos a entrar o simplemente oler nuestros perfumes una vez más mezclados, un escalofrío encajará todo nuestro cuerpo, de tal forma que nuestro corazón, latera de una forma tan fuerte, que nuestras caras quedarán iluminadas por dos grandes sonrisas.

Siempre seguíra esperandonos, llena de recuerdos.

(Crepúsculo)

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